Sabiduría de Salomón
18:1 Sin embargo, tus santos tenían una luz muy grande, cuya voz ellos
oyendo, y no viendo su forma, porque tampoco ellos habían padecido
las mismas cosas, los tuvieron por felices.
18:2 Pero por eso no les hicieron daño ahora, de los cuales habían sido agraviados
antes, les dieron las gracias y les pidieron perdón por haberlos
sido enemigos.
18:3 En lugar de lo cual les diste una columna de fuego ardiente, tanto para ser un
guía del viaje desconocido, y un sol inofensivo para entretenerlos
honradamente.
18:4 Porque eran dignos de ser privados de luz y encarcelados en tinieblas,
que había tenido encerrados a tus hijos, por quien la luz incorruptible de la ley
iba a ser dado al mundo.
18:5 Y cuando hubieron determinado matar a los niños de los santos, un niño
echado fuera, y salvo, para reprenderlos, quitaste el
multitud de sus hijos, y los destruiste por completo con gran
agua.
18:6 De aquella noche ya contaron nuestros padres, sabiendo ciertamente
a qué juramentos habían dado crédito, podrían después ser de
buen animo.
18:7 Así fue acogida de tu pueblo la salvación de los justos, y
destrucción de los enemigos.
18:8 Porque con el cual castigaste a nuestros adversarios, con el mismo
glorifica a los que llamaste.
18:9 Porque los justos hijos de buenos hombres sacrificaban en secreto, y con
un consentimiento hecho ley santa, que los santos fueran como participantes de
el mismo bien y mal, los padres ahora cantan las canciones de alabanza.
18:10 Pero del otro lado se oía un mal según el clamor de los enemigos,
y se llevó fuera un ruido lamentable por los niños que estaban
lamentó
18:11 El amo y el sirviente fueron castigados de una manera; y como como
el rey, así sufrió la persona común.
18:12 De modo que todos juntos tenían innumerables muertos con una sola clase de muerte;
ni los vivos fueron suficientes para enterrarlos: porque en un momento el
la descendencia más noble de ellos fue destruida.
18:13 Porque mientras que ellos no querían creer nada a causa de la
encantamientos; sobre la destrucción del primogénito, reconocieron
este pueblo como hijos de Dios.
18:14 Porque mientras todo estaba en quietud y silencio, y aquella noche estaba en el
en medio de su curso veloz,
18:15 Tu palabra todopoderosa saltó del cielo desde tu trono real, como
un feroz hombre de guerra en medio de una tierra de destrucción,
18:16 Y trajiste tu verdadero mandamiento como una espada afilada, y estando
llenó todas las cosas de muerte; y tocó el cielo, pero se mantuvo
sobre la tierra
18:17 Entonces de repente los asaltaron visiones de sueños horribles, y terrores
vino sobre ellos sin ser buscado.
18:18 Y uno arrojado aquí, y otro allá, medio muertos, mostraban la causa de
su muerte.
18:19 Porque los sueños que los turbaban les anunciaban esto, que no
perecen, y no saben por qué fueron afligidos.
18:20 Sí, el sabor de la muerte tocó también a los justos, y hubo un
destrucción de la multitud en el desierto; mas la ira soportó
No largo.
18:21 Porque entonces el íntegro se apresuró y salió a defenderlos;
y trayendo el escudo de su propio ministerio, la oración, y el
propiciación del incienso, se opuso a la ira, y así trajo
puso fin a la calamidad, declarando que era tu siervo.
18:22 Así venció al destructor, no con fuerza de cuerpo, ni fuerza de
armas, pero con una palabra sometió al que castigaba, alegando los juramentos y
pactos hechos con los padres.
18:23 Porque estando ya los muertos caídos a montones unos sobre otros,
poniéndose en medio, detuvo la ira, y abrió el camino a los vivos.
18:24 Porque en la vestidura larga estaba todo el mundo, y en las cuatro hileras de los
piedras fue esculpida la gloria de los padres, y tu majestad sobre el
daidem de su cabeza.
18:25 A éstos dio lugar el destructor, y tuvo miedo de ellos, porque era
bastó que sólo probaron a la ira.