2 Esdras 11:1 Entonces vi un sueño, y he aquí que subía del mar un águila, que tenía doce alas emplumadas y tres cabezas. 11:2 Y miré, y he aquí, ella extendió sus alas sobre toda la tierra, y sobre todo los vientos del aire soplaron sobre ella, y se juntaron. 11:3 Y miré, y de sus plumas brotaron otras contrarias plumas; y se hicieron plumas pequeñas y pequeñas. 11:4 Pero sus cabezas estaban reposadas: la cabeza en medio era más grande que la otro, sin embargo, lo descansó con el residuo. 11:5 Y miré, y he aquí el águila volaba con sus plumas, y reinó sobre la tierra y sobre los que en ella habitaban. 11:6 Y vi que todas las cosas debajo del cielo le estaban sujetas, y nadie habló contra ella, no, ni una criatura sobre la tierra. 11:7 Y miré, y he aquí el águila se levantó sobre sus garras y le habló plumas, diciendo, 11:8 No vigiléis todos a la vez; dormid cada uno en su lugar, y velad por curso: 11:9 Pero que se guarden las cabezas para lo último. 11:10 Y miré, y he aquí, la voz no salía de sus cabezas, sino de los medio de su cuerpo. 11:11 Y conté sus plumas contrarias, y he aquí, eran ocho de ellos. 11:12 Y miré, y he aquí, en el lado derecho salía una pluma, y reinó sobre toda la tierra; 11:13 Y aconteció que cuando reinó, llegó su fin, y el lugar de ella no apareció más: así que los siguientes seguidores se pusieron de pie. y reinó, y lo pasamos muy bien; 11:14 Y aconteció que cuando reinaba, vino también su fin, como la primera, para que no apareciera más. 11:15 Entonces vino a ella una voz, y dijo: 11:16 Oye tú, que tanto tiempo te has enseñoreado de la tierra: esto digo a ti, antes de que comiences a aparecer nunca más, 11:17 Ninguno después de ti llegará a tu tiempo, ni a la mitad del mismo. 11:18 Entonces se levantó el tercero, y reinó como los anteriores, y no apareció más también. 11:19 Así fue con todo el resto uno tras otro, de modo que cada uno reinó, y luego no apareció más. 11:20 Entonces miré, y he aquí, con el transcurso del tiempo, las plumas que seguían se pusieron de pie a la derecha, para que ellos también pudieran gobernar; y algunos de ellos gobernaron, pero dentro de un tiempo no aparecieron más: 11:21 Porque algunos de ellos se instalaron, pero no gobernaron. 11:22 Después de esto miré, y he aquí, las doce plumas no aparecieron más, ni las dos plumitas: 11:23 Y no había más sobre el cuerpo del águila, sino tres cabezas que descansado, y seis alitas. 11:24 Entonces vi también que dos plumitas se partían de la seis, y quedó debajo de la cabeza que estaba del lado derecho; porque el cuatro continuaron en su lugar. 11:25 Y miré, y he aquí, las plumas que estaban debajo del ala pensaban establecerse y tener la regla. 11:26 Y miré, y he aquí uno estaba puesto, pero al poco tiempo no parecía más. 11:27 Y el segundo se fue antes que el primero. 11:28 Y miré, y he aquí, los dos que quedaron pensaron también en sí mismos para reinar: 11:29 Y mientras pensaban esto, he aquí, se despertó una de las cabezas que estaban en reposo, es decir, lo que estaba en medio; porque eso era mayor que las otras dos cabezas. 11:30 Y entonces vi que las otras dos cabezas estaban unidas con ella. 11:31 Y he aquí, la cabeza se volvió con los que estaban con ella, e hicieron comer las dos plumas debajo del ala que habría reinado. 11:32 Mas este jefe atemorizó a toda la tierra, y en ella se enseñoreó de todo los que habitaban sobre la tierra con mucha opresión; y tenia la gobierno del mundo más que todas las alas que habían sido. 11:33 Y después de esto miré, y he aquí la cabeza que estaba en medio De repente no apareció más, como las alas. 11:34 Pero quedaron las dos cabezas, las cuales también gobernaban de la misma manera sobre el la tierra, y sobre los que en ella habitan. 11:35 Y miré, y he aquí la cabeza del lado derecho devoraba lo que estaba sobre el lado izquierdo. 11:36 Entonces oí una voz que me decía: Mira delante de ti, y considera la cosa que ves. 11:37 Y miré, y he aquí, como un león rugiente ahuyentado del bosque; y vi que enviaba una voz de hombre al águila, y decía: 11:38 Oye, hablaré contigo, y el Altísimo te dirá: 11:39 ¿No eres tú el que queda de las cuatro bestias que hice reinar en mi mundo, para que el fin de sus tiempos venga a través de ellos? 11:40 Y vino el cuarto, y venció a todas las bestias que habían pasado, y tenía poder sobre el mundo con gran temor, y sobre toda la brújula de la tierra con mucha inicua opresión; y tanto tiempo se demoró en la tierra con engaño. 11:41 Porque no juzgaste la tierra con verdad. 11:42 Porque afligiste a los mansos, hiciste daño a los pacíficos, amaste a los mentirosos, y destruiste las casas de los que engendraron fruto, y derribaste los muros de los que no te hicieron daño. 11:43 Por tanto, vuestra iniquidad ha subido al Altísimo, y vuestra orgullo al Poderoso. 11:44 Miró también el Altísimo los tiempos soberbios, y he aquí que son terminado, y sus abominaciones son cumplidas. 11:45 Por tanto, no aparezcas más, águila, ni tus horribles alas, ni tus malvadas plumas, ni tus malvadas cabezas, ni tus dañinas garras, ni todo tu cuerpo vano: 11:46 para que toda la tierra se refresque, y vuelva, siendo librada de tu violencia, y para que espere el juicio y la misericordia de el que la hizo.