2 Esdras
7:1 Y cuando terminé de hablar estas palabras, fue enviado a
mí el ángel que me había sido enviado las noches anteriores:
7:2 Y me dijo: Levántate, Esdras, y oye las palabras que he venido a
decirte
7:3 Y dije: Habla, Dios mío. Entonces me dijo: El mar está puesto en un
lugar ancho, para que sea profundo y grande.
7:4 Pero puesto el caso, la entrada era estrecha, y como un río;
7:5 ¿Quién, pues, podría entrar en el mar para mirarlo y gobernarlo? si él
no pasó por el angosto, ¿cómo podría entrar en el ancho?
7:6 Hay también otra cosa; Se edifica una ciudad, y se asienta sobre un amplio
campo, y está lleno de todo bien:
7:7 Su entrada es estrecha, y está puesta en lugar peligroso para caer,
como si hubiera un fuego en la mano derecha, y en la izquierda un profundo
agua:
7:8 Y un solo camino entre ambos, aun entre el fuego y el
agua, tan pequeña que sólo podía ir un hombre a la vez.
7:9 Si ahora esta ciudad fuera dada a un hombre en heredad, si nunca
pasará el peligro que se le presenta, ¿cómo recibirá este
¿herencia?
7:10 Y dije: Así es, Señor. Entonces me dijo: Así también es
la porción de Israel.
7:11 Porque por ellos hice yo el mundo; y cuando Adán transgredió mi
estatutos, entonces se decretó lo que ahora está hecho.
7:12 Entonces las entradas de este mundo se hicieron estrechas, llenas de tristeza y
dolores de parto: son pocos y malos, llenos de peligros, y muy dolorosos.
7:13 Porque las entradas del mundo antiguo eran anchas y seguras, y traían
fruto inmortal.
7:14 Si, pues, los que viven se esfuerzan por no entrar en estas cosas estrechas y vanas,
nunca podrán recibir lo que les está reservado.
7:15 Ahora pues, ¿por qué te inquietas tú mismo, siendo que no eres más que un
hombre corruptible? ¿Y por qué te conmueves, siendo que no eres más que mortal?
7:16 ¿Por qué no has considerado en tu mente esto que ha de venir,
en lugar de lo que está presente?
7:17 Entonces respondí y dije: Señor, que gobiernas, tú has ordenado
en tu ley, que los justos hereden estas cosas, pero que los
los impíos deben perecer.
7:18 Mas los justos padecerán dificultades, y esperarán en
de ancho: porque los que hicieron lo malo han padecido las estrecheces,
y sin embargo no verá lo ancho.
7:19 Y él me dijo. No hay juez superior a Dios, y ninguno que tenga
entendimiento por encima del Altísimo.
7:20 Porque muchos son los que perecen en esta vida por menospreciar la ley
de Dios que se les presenta.
7:21 Porque Dios ha dado estricto mandamiento a los que vinieren, qué deben hacer
hacer para vivir, así como vinieron, y lo que deben observar para evitar
castigo.
7:22 Sin embargo, no le obedecieron; pero habló contra él, y
imaginado cosas vanas;
7:23 y se engañaron a sí mismos con sus malas obras; y dicho de lo mas
Alto, que no lo es; y no conoció sus caminos:
7:24 Mas ellos despreciaron su ley, y negaron sus pactos; en su
estatutos no han sido fieles, y no han cumplido sus obras.
7:25 Por tanto, Esdras, porque lo vacío es cosa vacía, y lo lleno
son las cosas completas.
7:26 He aquí, vendrá la hora en que estas señales que te he dicho
acontecerá, y aparecerá la novia, y saliendo ella
se verá, que ahora es retirado de la tierra.
7:27 Y cualquiera que se libre de los males antes mencionados, verá mis maravillas.
7:28 Porque mi hijo Jesús se manifestará con los que están con él, y ellos
los que queden se regocijarán dentro de cuatrocientos años.
7:29 Después de estos años morirá mi hijo Cristo, y todos los hombres que tienen vida.
7:30 Y el mundo se volverá al antiguo silencio por siete días, como
en los juicios anteriores, para que nadie quede.
7:31 Y después de siete días, el mundo que aún no ha despertado, resucitará
levantado, y morirá el corrupto
7:32 Y la tierra restaurará a los que en ella durmieron, y así también
el polvo los que moran en el silencio, y los lugares secretos serán
liberar aquellas almas que les fueron encomendadas.
7:33 Y el Altísimo aparecerá sobre el trono del juicio, y la miseria
pasará, y la larga paciencia tendrá fin:
7:34 Pero sólo permanecerá el juicio, la verdad permanecerá, y la fe crecerá.
fuerte:
7:35 Y seguirá la obra, y se mostrará el galardón, y el bien
las obras serán de fuerza, y las malas obras no tendrán dominio.
7:36 Entonces dije: Abraham oró primero por los sodomitas, y Moisés por los
padres que pecaron en el desierto:
7:37 Y después de él Jesús para Israel en tiempo de Acán:
7:38 Y Samuel y David para la destrucción, y Salomón para los que
debe venir al santuario:
7:39 y Helias para los que recibieron lluvia; y por los muertos, para que pudiera
En Vivo:
7:40 Y Ezequías para el pueblo en tiempo de Senaquerib; y muchos para
muchos.
7:41 Así ahora, viendo que ha crecido la corrupción y ha aumentado la maldad,
y los justos oraron por los impíos: ¿por qué no será
entonces ahora tambien?
7:42 El me respondió, y dijo: Esta vida presente no es el fin donde mucho
la gloria permanece; por eso han orado por los débiles.
7:43 Mas el día del juicio será el fin de este tiempo, y el principio de
la inmortalidad por venir, donde la corrupción es pasada,
7:44 Se acabó la intemperancia, es cortada la infidelidad, la justicia es
crecido, y la verdad ha brotado.
7:45 Entonces nadie podrá salvar al que está destruido, ni oprimir
el que ha obtenido la victoria.
7:46 Respondí entonces y dije: Esta es mi primera y última palabra, que había
hubiera sido mejor no haber dado la tierra a Adán; o de lo contrario, cuando fue
dado, para haberlo impedido de pecar.
7:47 Porque ¿de qué sirve a los hombres ahora en este tiempo vivir en
pesadez, y después de la muerte buscar el castigo?
7:48 Oh tú, Adán, ¿qué has hecho? porque aunque fuiste tú el que pecó,
no has caído solo, sino todos los que venimos de ti.
7:49 Porque ¿de qué nos sirve, si se nos promete un tiempo inmortal,
mientras que nosotros hemos hecho las obras que traen muerte?
7:50 y que nos es prometida una esperanza eterna, mientras que nosotros mismos
siendo los más malos se hacen vanos?
7:51 y que nos están guardadas moradas de salud y seguridad,
considerando que hemos vivido impíamente?
7:52 y que la gloria del Altísimo sea guardada para defender a los que tienen
llevado una vida cautelosa, mientras que nosotros hemos andado en los caminos más perversos de todos?
7:53 y que se manifieste un paraíso, cuyo fruto permanece para
siempre, donde está la seguridad y la medicina, ya que no entraremos en
¿eso?
7:54 (Porque hemos andado en lugares desagradables.)
7:55 y que los rostros de los que han usado la abstinencia resplandecerán sobre
las estrellas, mientras que nuestros rostros serán más negros que las tinieblas?
7:56 Porque mientras vivíamos y cometíamos iniquidad, no considerábamos que
debe comenzar a sufrir por ello después de la muerte.
7:57 Entonces él me respondió, y dijo: Esta es la condición de la batalla,
contra el cual peleará el hombre nacido sobre la tierra;
7:58 que si fuere vencido, sufrirá como tú has dicho; pero si
obtenga la victoria, recibirá lo que yo digo.
7:59 Porque esta es la vida de que habló Moisés al pueblo mientras vivía:
diciendo: Escoge la vida para que vivas.
7:60 Mas no le creyeron a él, ni a los profetas después de él, ni
ni yo, que les he hablado,
7:61 para que no haya tanta pesadez en su destrucción, como
Alégrate sobre los que están persuadidos para la salvación.
7:62 Entonces respondí y dije: Sé, Señor, que el Altísimo es llamado
misericordioso, en cuanto tiene misericordia de los que aún no han entrado en
el mundo,
7:63 y también sobre los que se vuelven a su ley;
7:64 y que es paciente y tolerante a los que han pecado, como
sus criaturas;
7:65 Y que es generoso, porque está listo para dar donde se necesita;
7:66 y que es muy misericordioso, porque multiplica cada vez más las misericordias
a los presentes y a los pasados, y también a los que están
venir.
7:67 Porque si él no multiplicare sus misericordias, el mundo no continuaría
con los que en ella heredan.
7:68 Y él perdona; porque si no lo hizo así por su bondad, que los que
que hayan cometido iniquidades, se alivie de ellos, la diezmilésima
parte de los hombres no debe quedar viva.
7:69 Y siendo juez, si no perdona a los que son curados con su
palabra, y apaga la multitud de contenciones,
7:70 Quizá queden muy pocos en una multitud innumerable.